En todos hay un escritor. Por más escondido que este se encuentre. Algunas veces se manifiesta y quiere ser la voz de muchas voces y la de uno mismo. Ser testigo y narrador de nuestra historia, amigo y enemigo de nuestros miedos y alegrías, tratar a la realidad como una igual, subyugar lo indomable y liberar lo oprimido. Combatir la intolerancia en una guerra sin cuartel a palabra suelta. Desafiar a nuestra propia inteligencia y re-definir las reglas en las cuales se basa nuestra ya tan reestructurada sociedad. Pero lo más importante sea, tal vez, la indescriptible sensación que nos produce, el dibujar con nuestras palabras en la imaginación de otros.

Bienvenidos.

C.A.

martes, 26 de mayo de 2020

Odio en Tiempos del Corona - Braulio Kröger



Entreverada en la maraña repugnante de consecuencias, malas y buenas, que trajo esta campaña mundial para desenmascarar cobardes y pusilánimes, me doy cuenta de que tengo que comprar una reposera nueva.
Esta situación se presenta de manera poco práctica, ya que mientras escribo, sentado en mí, ahora rota, silla, lo que sería un momento de relax en la playa después de una sesión de surf, se transforma en un hecho de violencia hacia mi persona.  
Un helicóptero circunda el espacio aéreo inmediato y dos camionetas de la policía, repiten un mensaje de exhortación a la población para que permanezcan en sus casas y así evitar la aglomeración de personas, a escasos 5 metros de mi posición.
Triste realidad, por varios motivos; el primero es que, en la playa del Pinar, en este momento hay 5 personas, en un espacio que me animo a calcular como unos 2km cuadrados, con una distancia entre cada uno de nosotros de, basado en los mismos parámetros de cálculo, 600 metros.
 Las huestes del flamante ministro del interior, al cual los medios insisten en mal pronunciar su apellido, Larrañaga; por más que él mismo, muy solapadamente, nos ha dejado saber que, la “L” suena como una “D” apagada y la “RR” reproduce un sonido y entonación muy similar. (ðaðañaga).
 Siempre estuve de acuerdo y apoyé el derecho inherente a los individuos a llamarse y nomenclaturizarse como ellos deseen, y no veo porqué, a este señor nadie parece respetarle, ni secundar su reivindicación de identidad.
Decía entonces, los marines uruguayos no cejan en su esfuerzo por repetir un mensaje que claramente no está surtiendo efecto y que, tampoco aplicaría en el contexto inmediato, aquello que trata de impulsar.
No solo no puedo concentrarme en mis letras, si no que me invade un desasosiego profundo, cuando veo lo ridícula que es esta situación, toda ella, y el obvio reflejo, de nuestra y muchas otras sociedades ante las medidas impuestas para salvaguardarnos de esta pandemia mundial.
Si han llegado hasta este párrafo, creo que es mi obligación decirles que lo que sigue, dista mucho de tener un tinte sarcástico, todo lo contrario, así tampoco lo tuvo el contenido que lo precede, esto está ocurriendo en el mismo momento en el que lo escribo.
(Voy hasta mi vehículo a buscar mi tabla, ya que los ciervos públicos siguen con el altavoz, vuelvo a las olas. Conozco sus rutinas, en breve el rancho estará pronto y tendrán que ir a comer.  El helicóptero ya se retiró, me imagino un tema de costos).
*Gran sesión de olas, el pico totalmente vacío, salvo por dos surfers que, por su altura y rasgos generales, diría que tienen unos 12 años. Entraron a la rompiente unos 30 minutos después de mí; tuve que explicarles el significado del vocablo “exhortación”, ya que ante la repetitiva y monótona sugerencia de los, nuevamente apercibidos policías, estaban considerando salir del agua. Escucharon atentos y logré convencerlos. Compartimos las olas durante 3 horas más, siendo cuidados por los efectivos que velaban por nuestra seguridad desde las orillas del rio de la plata.

(Nuevamente en mi reposera averiada)
Los problemas no empezaron en China, o cuando, como enajenados buscaban al paciente cero. No, todo empezó a reventarse cuando el idiota original, el imberbe mal nacido, que algunos círculos de gente que conozco, SI, están tratando de localizar, creo el Hashtag #quedateencasa.
En ese momento, la salva de tarupidos y cobardes a los cuales poco y nada les ha pasado en su vida de sillones y experiencias adquiridas por osmosis de otros que sí, vivimos la vida sin miedo, comenzaron a tomar control de la realidad y transmitir, como nunca antes, sus miedos y falsa moral, solventados por estados que, en algo solo equiparable a una verdadera pandemia, se dejaron convencer por una OMS geriátrica y con la misma credibilidad que tienen hoy las naciones unidas.
No puedo, ni estoy dispuesto a seguir viviendo en un mundo controlado por una caterva de temerosos capones. El universo entero parece haber sido tomado por los que se sientan en la tribuna de los esfínteres fluctuantes. (No hay necesidad de aclarar que tribuna de nuestro estadio centenario es esa, todos sabemos cuál es, incluso los que calientan sus nalgas en ese asfalto y tal vez ni eso, porque seguramente se llevan un almohadoncito).
Por ahí leí un pasaje de un tal Gustavo Berriel que dice:
“Miles de Personas alrededor del mundo estamos sintiendo que hay algo “raro” con la presente pandemia del CV. La cosa adquiere realmente, por momentos, rasgos de “ingeniería social”, en cierta clave “orwelliana” (1984)…Ojo con la atmosfera de opinión fascitsoide de “pensamiento único”, que se va instalando, con vecinos vigilando a vecinos y un intento creciente de censura de cualquier tipo de opinión “rara” sobre el tema.”

A pesar del uso exagerado de comillas inciertas, el mensaje es claro y repercute, como resultado de un proceso natural, al cual todas las personas con cierto nivel de sentido común han llegado.
No es necesario tener una maestría en virología o en su defecto economía; para hacer una simple línea de razonamiento de que, si la única opción para salvarnos de esta horrorosa peste es la cuarentena total por tiempo indeterminado con ningún tipo de plan de acción asociado, de absolutamente ninguno de los gobiernos afectados en mayor o menor grado. La conclusión es una obviedad sobrentendida. De una manera u otra vamos a morir o, en el mejor de los casos, salir muy mal parados de esta situación.
 Es hora de pasar a los hechos, y salir un poco de las opiniones, de la que soy una bóveda repleta de ellas.
Por un lado, tenemos a una OMS, que parece estar gozando obscenamente de una situación que por primera vez en la historia la sitúa como un órgano al cual los gobiernos parecen escuchar. (Si tienen tiempo y voluntad, los invito a revisar la historia, penosa, de esta organización y su directo organismo fundador)
Esta versión de los hechos es la que todos conocemos, o al menos la realidad impulsada por la institucionalidad, la historia oficial, la línea narrativa que dispone de todos los recursos. Los mercaderes del miedo se agarran a esta distopia plagada de agujeros para crear una sensación de constante incertidumbre. No es mi interés ahondar en el análisis de opinión, de algo en que estoy totalmente en contra, considero que haberle dedicado el párrafo anterior fue suficiente.
La narrativa alterna, la cual está conformada y formada, por autoridades de los diversos campos a los que este disparate afecta, tiene una marcha y estética diferentes. No apuesta al horror ni al manoseo de la privacidad de nadie porque decidió salir a caminar por la playa o saco a sus hijos al parque. Explica y demuestra con hechos basados en realidad, no en proyecciones, siguiendo el único proceso por el cual, la ciencia, le ha pasado siempre el trapo a la religión por ende al miedo, el método científico.
En las redes, hay varias personas que están compartiendo fuentes argumentativas a esta, por llamarla de alguna manera, versión alternativa de los hechos, pero, sin duda Aldo Mazzucchelli es una de las voces que, en las plataformas sociales ha realizado un trabajo, a mi entender, consciente, extenso y por sobre todas las cosas desinteresado, sobre la más que obvia realidad de los acontecimientos.
Desde transcripciones, traducción de notas y escritos, a simplemente compartir distintas fuentes, sin importar la tendencia, pero sí el contenido, ya que, y esto les dolerá a muchos, uno no puede ni debe dejar de lado ninguna fuente de información solo por el hecho de no estar de acuerdo ideológica/filosóficamente con ella. De hacerlo, a modo de ejemplo, podríamos dejar de lado a Copérnico o Galileo, simplemente porque mi realidad no se ajusta ella… espero que no piensen distinto de los creyentes después de leer la anterior frase. No son los únicos, también en las ciencias sociales tenemos sacerdotes y feligreses, pero es otro tema, igualmente de repugnante y extenso.
Retomando, entre el material compartido se encuentra una entrevista con el Doctor alemán Knut Wittkowski, una de las tantas autoridades que están respondiendo e informando de la forma en que muchos, esperábamos de la comunidad médica.
En breves y resumidas palabras, el concepto que este especialista en bioestadística y epidemiologia, nos ilumina con lo siguiente. Como en absolutamente todas las enfermedades respiratorias, a los que más debemos cuidar es a las personas mayores y/o aquellas con precondiciones existentes. Ya que la tasa de mortalidad de estas enfermedades se alinea a las del COVID-19.
El otro punto interesante y que coincide con otros especialistas es el tema del aislamiento, el mismo nos dice, contribuye a una aceleración del contagio y enlentecimiento de la desaparición usual de este tipo de enfermedades. (Determinada en 4 semanas)
La suposición, equivoca, es que hay que “aplanar la curva” de contagio, cuando siempre, en este tipo de pandemias (sí, tenemos pandemias siempre) la estrategia ha sido la contraria. De esta manera, con el aplanamiento de la curva, la exposición del virus se incrementa y mantiene al mismo saludable por mucho más tiempo.
Entre otros datos reveladores, afirma, sin ningún tipo de duda, la fatal inferencia gubernamental global, que como sabemos, históricamente, es el origen de casi todas las desdichas de nuestra estólida humanidad.
Por último, desmitifica la tasa de mortalidad, con una regla de 3 simplísima. Algo que cualquiera de nosotros podemos hacer.
Nunca será lo mismo medir el resultado de algo basado en la muestra sesgada de un total. Si mi dividendo no es la suma real de contagiados y mi divisor tampoco es el número real de decesos, mi cociente solo será un numero aleatorio con fines propagandísticos.
Facilito, para aquellos que hablan el idioma del Empire State, la entrevista completa.
El link de la entrevista: Knut Wittkowski

 Me aburrí, después de 5 horas en la playa vuelvo al lugar donde me estoy hospedando, los ciervos públicos, se retiraron hace largo rato.

Miedo…los vigilantes de la pandemia… fake news…

La ecuación del miedo es simple, infalible y funciona de manera lineal, irrazonable. Si yo tengo miedo, todos deberían tenerlo, entonces aquellos que no lo tengan deberán sufrir persecución y amenazas, entonces... miedo. En palabras de Zach de la Rocha, inspiradas estas en las de Noam. “Fear is your, Fear is your, Fear is your only god.”
Todo tristísimo, es como vivir en la distopía del reino de los cagones.
Para ese grupo simpático de seres a los que les gusta establecer analogías futboleras para todo lo que acontece en sus pobres vidas, la frase anterior se reduciría a un simple: Brasil nos volvió a ganar por goleada, si, orientales, hoy somos más cagones que el pueblo más cagón de la tierra.
Brasil, hoy gobernado por un prototipo que parece tener cierto auge en el mundo despreciable de la política, se caga en los lineamientos y procede a llevar una vida mucho más laxa al enfrentar a esta “gripe con marketing” como la llaman en la cúpula del poder, de esta colonia portuguesa.
Este gran asentamiento con ínfulas de república federativa tiene una población de 210 millones de personas, y esta terrible pandemia les ha costado 5000 muertos *
*Datos al 9/5/2020
Comparativamente con años anteriores, Brasil, esta experimentando una baja en decesos con respecto al último lustro.
Al que le interese y tenga deseos que se proyecten más allá del de re-postear noticias de otros en sus muros, pueden encontrar estas cifras en las páginas gubernamentales de este rancherío que ocupa media Sudamérica.

 Pero, claramente, este último ejemplo solo demuestra que, debido a que la dirección de un país es precedida por un incapaz, todos vamos a morir y, por suerte nosotros no, ya que las medidas de aislamiento que nuestro gobierno adopta, etc. etc.
El otro recurso más común, para desacreditar a aquellos países que no se alinearon a los zoquetes de la OMS es el de usar de ejemplo a modelos similares, como USA y UK. ¡Y miren como están! Fosas comunes, y gente muriendo en las calles, y no hicieron caso y…
Todas estas escuelas de pensamiento se basan en politizar las decisiones en izquierdas y derechas, azules y rojos, conservadores y liberales. Volviendo nuevamente a dejar de lado, en un ostracismo digno de simios con metralleta al único método que debió de ser aplicado desde un principio. (Método científico)
*Contagio:Culturas, Portadores y la Narrativa del Contagio.
Observa y establece, que la ciencia, a partir del descubrimiento de la bacteriología y su posterior desarrollo, destrona a la iglesia como la voz portadora de conocimiento en referencia a contagios y orígenes de las pestes. Es decir, sustituye el mito por ciencia y de esa manera se establecen los cimientos de las prácticas y narrativas de cuidados y tratamientos que conocemos hoy. El problema surge cuando los jóvenes Estados, adoptan estos nuevos conocimientos, crean agencias y ministerios, pero, no se puede deshacer totalmente del mito establecido por los órganos de control eclesiástico durante tantos siglos.
Esto, politiza y le da tonos de pertenencia a las pestes y enfermedades. Primeramente, la más notoria es, sanos y enfermos, pero también, genera comportamientos que van de la mano con clases sociales, racismo, nacionalismo extremo etc. El autotest más claro y eficaz que podemos realizarnos es preguntarnos qué imagen aparece en nuestro imaginario, cuando tratamos de crear en el concepto de India o China, o el sentimiento que nos produce, sobre todo este último país, después de tenerlo como “sitio 0” de este último brote de SARS.
Parecemos no ser capaces de incorporar que incluso estando diametralmente en mundos opuestos, filosófico-políticos, hay estados que pueden estar haciendo las cosas diferentes y obteniendo un mejor resultado que aquellos que se deciden por acatar los disparates basados en las proyecciones de la OMS.
México, Japón y Suecia, se encuentran entre los países que optaron por llevar, también, una estrategia menos agresiva y los resultados están al alcance de todos en las páginas oficiales de estas naciones. (Paginas oficiales de organismos estatales, NO medios de prensa.)
Cualquiera puede establecer la abismal diferencia entre USA y Suecia, así como entre Brasil y Japón.
Volviendo a la ecuación del miedo, parafraseada anteriormente, el relato no puede existir y menos sostenerse, si no tiene seguidores, y menos aún, si es desafiado con argumentos que lo vuelven invalido, es decir pasa al plano de lo irreal.
El estado y sus instituciones, como principales porta estandartes de esta construcción, no pueden permitir detracción, bajo ningún concepto, sea esta pandemia o negar que se asesinaron inocentes, cometieron magnicidios o que la democracia es una maquinaria que se sostiene con la contribución de grandes capitales a organizaciones políticas que firman un contrato de dependencia y retribución de favores… ¿ese es otro tema? No, pero si demasiado tangencial para el que hoy estoy tratando de bajar.
Decía, el Estado, baja sus lineamientos, obedeciendo las condiciones impuestas por la OMS.
El Estado pregona terror y pone en movimiento las pertinentes medidas para ajustar ese pánico, ante aquellos que no se adhieran. (Esto lo hace siempre)
La sociedad, presa de este falso sentido de protección que brinda una corporación como lo es el Estado, acata y se vuelve en contra de todo aquello que desafía la versión oficial, lo vuelve “el enemigo”, “Los irresponsables”. Acalla y desacredita con una fe casi doctrinal cualquier tipo de argumentación que se le intente tirar delante de sus ojos vendados.
Ante la mecánica del debate, surgen, las corrientes de noticias falsas.
Esto es un signo de nuestros tiempos, más que nunca, las “fake news” están al alcance de todos, no solo la posibilidad de consumirlas, sino también, la capacidad de generarlas. Las materias primas están a la disposición, de cualquier gaznápiro con un mínimo de 150 gramos de masa cerebral.  Que sin ningún tipo de resabio de conciencia será capaz de generar, alguna vez en su vida, al menos una línea de noticias falsas. Si yo lo he hecho alguna vez, ya que soy una persona carente de cimientos morales, imagínense lo que puede llegar a crear alguien peor que yo, y con una reserva de capital que no esté sujeta a un único ingreso, resultado del tráfico de órganos, como si lo está, la economía de quien escribe.
Durante esta “pandemia”, hemos visto desde enterramientos masivos en New York, hasta seguir esperando la segunda ola, de la segunda ola, de la segunda ola, de la segunda ola, que va a ser peor que la segunda ola.
Mata sanos de una tristemente célebre mutualista, rasgándose las vestiduras, compartiendo audios desde el 103, de cómo los hospitales estaban saturados de gente muriéndose sin gasas sin respiradores, sin médicos, sin…enfermos.
Hospitales de campaña, construidos en el central park que debieron ser desmantelados ante la falta de pacientes.
Videos inspiracionales donde te muestran cuanto son 100 personas, de las cuales, VOS, dijiste que “solo tenemos 100 muertos” SO RE TE, mira, acá tenes 100 personas, incluyendo niños, entre ese grupo… ¿No te da pena? ¡Obvio que no! ¿Sabes por qué? ¡Porque sos una escoria! (No recuerdo bien el dialogo, pero esa era la estética nauseabunda del video publicado por uno de los tantos carcinomas malignos que tienen una cuenta en las redes sociales y publican cosas)
El campanazo, por el cual la manada de cagones mundiales tuvo que salir a comprar papel higiénico para abastecerse precavidamente, ante los raudales de materia que sus cuerpos secretarán como resultado de su condición, es la prima dona de los miedos intrínsecos que convive con nosotros desde que pensamos que sabemos quiénes somos, la muerte y, en este caso, los números de muertos.
En párrafos anteriores, parafraseo los números de fallecidos en Brasil, observando que las muertes por enfermedades virósicas presentan una mejora en el último lustro. Obviamente para los traficantes del miedo, este ejemplo no sirve, Brasil no observó una prohibición social a raja tabla, gracias a varios factores todos ellos muy brasileros, y según la narrativa establecida, su número de decesos es casi una consecuencia meritoria por no acatar los lineamientos de la OMS.
En cambio, si vamos a España, este sí, fue un estado que salió con toda la fuerza de su lamentable y rica historia plagada de malos pasos y monarquías que aun hoy conservan su triste y vomitiva figura. Reprimiendo a una población mayormente temerosa y católico cristiana, que obedeció las reglas impuestas por las mismas instituciones que los obligo a vivir en una de las dictaduras más largas de la historia. Ellos si, según los medios de prensa, sufrieron pérdidas humanas como nunca antes en la historia de la humanidad, los hospitales repletos de personas muriendo, ahogadas, no nos olvidemos de los niños, los niños siempre rinden en la ecuación del sufrimiento y la empatía.
¿Es esto así?  Parecería que no. Según los números extraídos del instituto de Salud Carlos III (Carlos III????) a este país le fue mucho mejor en Diciembre-Marzo 2019-2020 que en el mismo periodo, 2014-2015.  Es más, en diciembre 2019, se registraron menos decesos que en los previos 6 diciembres. La información esta, donde debe de estar, búsquenla. No recuerdo a los canales de noticias, mostrar imágenes de centros de salud, colmados en su capacidad, como suele ocurrir, todos los años.
Italia, ah sí, il bell paese, en absoluto la dejé para lo último por un tema de preferencia, tan solo fue aleatoriamente, ya que, en lo personal, nada de lo que pasó en Italia merece una sola primera plana, al menos no la retórica inmunda que eligieron los medios de comunicación.
En Italia la construcción del miedo se desarma muy fácilmente, los números se repiten, en el periodo 2016-2017, Italia registró aproximadamente la misma cantidad de muertes que por el COVID-19 2019-2020. Promediamente, en los últimos cuatro años, las cifras muestran 17.000 muertes por enfermedades infecciosas, de acuerdo con una investigación publicada por el International Journal of Infectious Diseases, para el país con forma de bota.
Sin embargo, la prensa, usa los datos irrefutables, y los dibuja al servicio del relato que vende más. Sabido es que nada podemos esperar de ellos, en cambio creo que todos esperábamos mucho más de los médicos. Pero, salvo por algunos dispersos por el mundo, los cuales han sido perseguidos, censurados y ridiculizados, la media normativa ha sido, y me remito a los inimputables del sindicato médico del Uruguay como ejemplo, pedir la cuarentena obligatoria. Basados en un razonamiento que me atrevo a decir, con el mismo atrevimiento e ignorancia que los miembros de esta agrupación usaron para pedir una medida tan impracticable, que solo podría ser considerada como inteligente si hubiera sido formulada por una ameba a la cual por alguna casualidad cósmica se le hubiera dado la capacidad de hablar. Tal vez, no esta tan lejos de lo que pasó…

Datos/Daños reales…Pestes…Flexibilizaciones
Ahora sí, las verdaderas muertes y consecuencias de esta pseudo pandemia.         
  • 80% de la fuerza laboral del mundo afectada.
  •  Alto impacto en el ámbito microeconómico. (En algunos mercados se calcula en 7 trimestres, la recuperación, a niveles relativamente equivalentes a los de antes de la crisis)
  •  Desocupación en niveles superiores a los que los estados pueden cubrir con seguros de desempleo
  • Flexibilización de las condiciones laborales.
  • Incremento en muertes derivadas de la falta de atención ocasionada por la cuarentena. (En el estado de Nueva York, las muertes por deficiencias cardiacas se incrementaron en 800% angioplasty.com)
  • Implementación de un nuevo régimen de miedo, distanciamiento y vigilancia.


Como notarán, el tono y la estética de esta crónica reflexiva es condescendiente, y no se equivocan, nadie pretende convencer o demostrar con irrefutable argumentación estos hechos. Como tampoco pretendo explicarle a un terraplanista su incapacidad cognitiva, ni aquellos que creen en las instituciones, su pequeñísima visión del mundo.
Claramente, esto es una guerra en la cual hay que destruir a todos aquellos imberbes que, teniendo las pruebas en frente de sus narices, de todas maneras, eligen la versión de los medios y los estados como empleados sacerdotales de éstos. Dejando que el miedo, el caos y el horror que les infunde la idea de desafiar lo que dice el hermano mayor, nuble, en el mejor de los casos, una de las mejores cualidades que supimos tener los seres humanos, el resistir los estatus quo y las doctrinas, la curiosidad por una visión diferente de algo que hasta ese momento tenía una explicación grabada a fuego en nuestras conciencias. Eso estimados, esa gente que cada vez, es más, hay que eliminarla…en el mejor sentido de la palabra, hacerlas vivir en el ostracismo de sus propias ideas, ridiculizarlos cada vez que las esgriman.
Sin cuartel, sin prisioneros, nuestra cada vez más reducida libertad, va en ello.
BK.



domingo, 11 de agosto de 2019

Ciudadano I-Legal Pasaporte no reconocido y el abandono de los ciudadanos por parte del Estado.


“¿Sos iraní? ¡Mirá! ¡Sos el primer profesional iraní en registrarse en la caja de profesionales!”
Recuerdo la sonriente cara de la chica del otro lado del mostrador cuando me dijo eso, en una mezcla de sorpresa, curiosidad y hasta capaz que admiración.

Podría decir con total certeza que la expresión de esa chica, cuando me registré en la CJPPU no fue una excepción, ni una casualidad. Más bien diría que fue el común denominador, la reacción habitual que, tanto mi familia como yo, hemos experimentado cada vez que se ha dado a conocer nuestra nacionalidad, desde que vinimos a Uruguay, allá por 1991.
Siempre lo dije:  desde que migramos a Uruguay, el decir que soy iraní no solo no causó rechazo ni discriminación del otro lado, sino que, todo lo contrario, usualmente generó una sonrisa, sorpresa y una apertura de brazos de quien estaba en frente. Bueno, sí, está bien, cuando vine, con siete años, no solo era nuevo en la escuela, sino que además venía del otro lado del mundo y ni siquiera hablaba el idioma, es normal que algún que otro compañero me llamara Alí Babá, o me preguntara si en Irán solo había camellos y dunas, pero tampoco era nada del otro mundo, podríamos decir que estaba dentro de los rangos de bullying aceptable Se arreglaba con un par de trompadas entre pibes de esa edad, una visita a la dirección y listo.

Prejuicios tenemos todos, en mayor o menor medida, nadie escapa de tener ciertos preconceptos sobre cualquier tema, persona o situación. De alguna u otra manera nuestra cultura, lo que vemos, lo que nos enseñan y la información que consumimos nos da ciertas herramientas para evaluar lo que tenemos en frente. La mayor o menor capacidad para aceptar lo diferente o intentar entenderlo está directamente vinculada a nuestra ignorancia, entorno, educación y experiencias vividas. Eso supongo yo, quizás esté equivocado. Claramente otros países del mundo han tenido esta problemática en grados mucho más intensos que nuestro querido Uruguay. Ejemplos sobran, como el que ilustra la nueva miniserie de Netflix “when they see us” traducida al español como “así nos ven”. Cada sociedad tiene esta problemática en mayor o menor medida, y hay mucho material escrito, por lo que no me compete a mí tener la insolencia de pretender analizar el tema, pero a nivel general es algo que afecta a las personas en su día a día, en sus relaciones interpersonales, laborales, etc. ¿Pero qué pasa cuando la problemática de tu lugar de nacimiento empieza a tener implicancias legales?

La verdad que justo yo no me puedo quejar. Con mi pasaporte uruguayo, he recorrido hasta ahora más de cuarenta países. Sí, es verdad, alguno me hizo más drama que otro. Casi siempre fui el cartón ligador de los “controles sorpresa”, tuve que responder a cuestionarios más largos que los demás, pero al final siempre pude entrar y salir a los países que visité sin mayores inconvenientes, pues al fin y al cabo en mi pasaporte uruguayo siempre dijo “nacionalidad iraní” y como todos sabemos, dentro del bagaje de prejuicios y propaganda con el que todos convivimos, ese lugar de nacimiento se relaciona automáticamente con algo indeseable y peligroso. Claro que desde aquél enano de siete años que se agarraba a piñas cuando le decían Alí Babá hasta hoy ha pasado mucho tiempo, y que hoy hasta el auto bullying es moneda corriente en forma de humor. Ese no es el problema, el problema es otro y no tiene que ver estrictamente con mi lugar de nacimiento, sino con mi lugar de ciudadanía.

Hace unos años a mi viejo lo deportaron de Londres, cuando pretendía pasar unas semanas con unos amigos que no veía desde la adolescencia y que gracias a las redes sociales encontró luego de décadas, esparcidos por el mundo. En aquél entonces el motivo fue que su pasaporte no era válido, pues era un documento uruguayo pero decía claramente “nacionalidad iraní”, y para la gente de migraciones en Londres eso era ilegal, pues según ellos un individuo no puede tener dos nacionalidades en un mismo documento. En aquél entonces no solo el trato que se le dio fue injusto y cruel, sino que además le arruinaron unas vacaciones soñadas para un migrante que luego de décadas iba a ver viejas caras conocidas. Pero eso quedó como un hecho aislado, pues después de eso mi hermana y yo hicimos otros viajes con el mismo pasaporte sin mayores inconvenientes.

Hace pocos meses, luego de algunos rumores de problemas con el pasaporte uruguayo, mi hermana – quien estuvo en España hace un par de años – fue a averiguar a la embajada de ese país si estaba todo bien, para evitarse un disgusto en el aeropuerto. ¿Adivinen qué? La embajada española le dijo que el gobierno español no considera el pasaporte de ella como un documento válido, pues siendo un documento uruguayo, dice claramente que ella es de “nacionalidad iraní”. Pero eso no es todo, al confirmarle que ella precisa una visa para entrar a España, resultó que dicha visa tampoco se podía tramitar con el pasaporte uruguayo, pues legalmente no se puede otorgar una visa a un ciudadano de un país en un documento de otro país. En definitiva, el pasaporte uruguayo que ella portaba no es un documento válido para viajar a España, por lo que ella como ciudadana uruguaya no puede hacer uso de sus derechos ni de un documento oficial otorgado por el Estado uruguayo.

Yo no podía creer lo que estaba pasando. Si bien me había tocado explicarle a algún supervisor en algún aeropuerto del mundo que si bien mi pasaporte dice “nacionalidad iraní”, yo como portador de un pasaporte uruguayo viajo en calidad de ciudadano uruguayo haciendo uso de mis derechos como tal, que directamente una embajada estuviera declarando que el documento carecía de validez ya era el colmo. Fue poco después que fui a parar a un artículo publicado por Montevideo Portal, el 5 de Julio de 2019 con el título “14 familias foráneas con ciudadanía legal y pasaporte uruguayo fueron demoradas en Europa”.
Ahí hice un click, me di cuenta de que la cosa se estaba poniendo seria. Al compartir el artículo en Facebook me fui enterando de más y más casos de ciudadanos legales uruguayos nacidos en otros países que estaban teniendo el mismo problema. Finalmente una amiga iraní que viaja todos los años a Uruguay con su pasaporte uruguayo fue detenida en Brasil, y estuvo a punto de ser deportada a Uruguay, siendo tratada como una criminal hasta que finalmente gracias a la ayuda de la aerolínea logró seguir su rumbo hacia su destino final.

La gota que derramó el vaso vino el 10 de Julio, mediante un comunicado oficial de la Embajada española en Montevideo, donde se anuncia que “Los titulares de pasaporte de Uruguay en el que conste que se trata de ciudadanos legales uruguayos pero con nacionalidad de un tercer país y que deseen viajar a España o a cualquiera de los países del espacio Schengen, deberán cumplir los requisitos correspondientes a su nacionalidad de origen. Por tanto, en caso de tener la nacionalidad de un país incluido en la lista de terceros países cuyos nacionales están sometidos al requisito de visado Schengen, deberán tramitar el mismo ante este Consulado General.”
Más claro échale agua. ¡Bum! De repente Europa desconoce tu documento de identidad de manera oficial. El comunicado atenta no solamente contra mi identidad individual como portador de un documento y ciudadano de un país, sino lo que es más grave, contra la institucionalidad uruguaya y su documento oficial otorgado a sus ciudadanos. En un santiamén, los ciudadanos legales uruguayos quedamos sumidos en una ilegalidad, pues somos portadores de un documento que no es válido para viajar. Increíblemente nos convertimos en ciudadanos de segunda, cuyas obligaciones siguen intactas, pero sus derechos son descaradamente descuartizados. ¿Y todo por qué? Porque el pasaporte uruguayo, a diferencia de la gran mayoría de los pasaportes del mundo, no solo indica el lugar de nacimiento, sino que además agrega que si bien el portador del documento cuenta con los derechos de un ciudadano uruguayo, es de otra nacionalidad. Aparentemente este pequeño detalle –que durante años fue nada más que una nota – es ahora considerado motivo suficiente para que otros países desconozcan los derechos del ciudadano uruguayo y le exijan viajar con un documento de su lugar de nacimiento.

Sin saber cómo, de repente todo se da vuelta. El bullying inocente de la escuela quedó en el pasado. Viviste toda tu vida acá, tuviste tu infancia, adolescencia, adultez. Estudiaste, te recibiste, tenés a tus amigos, a tu familia, lloraste más que otros uruguayos cuando pitaron aquél penal contra Ghana y casi infartaste cuando el Loco la picó, lloraste de emoción con tus amigos en pleno viaje de arquitectura cuando Uruguay ganó la copa América en el 2011 y llevaste con orgullo su bandera por todos lados, y respondiste con el pecho inflado “Uruguayan” cuando te preguntaron “where are you from”, pero de repente, mágicamente el Estado te dio la espalda, pues no te protege ni defiende ante semejante discriminación institucional.

Con el corazón roto, la única alternativa que parece quedar es buscar a otros que están en tu situación, para buscar juntos, hacer suficiente ruido hasta que alguien nos pueda escuchar y lograr de alguna manera que el pasaporte uruguayo remueva esa línea que en los hechos te convierte en un ciudadano de segunda, un ciudadano con deberes, pero sin derechos. Habrá que buscar la manera de lograr a nivel legal lo logrado a nivel social, en un país de migrantes como este, donde tantos como yo hemos echado raíces inquebrantables, y nos sentimos tan uruguayos como cualquier hijo de españoles o italianos cuyos abuelos llegaron a estas tierras en el siglo pasado.


Enlaces relacionados:


Por Alí Haghjou.

viernes, 7 de junio de 2019

Venus in Furs. Poesia Vanguardista por Maria Pia

Despertar

¿Es lo mismo ver el amanecer desde adentro

aunque creas que estás afuera?

La luz refracta diferente desde la pecera.

“Es lo mejor que existe porque es lo único que conozco”

bala el cordero perdido en la pradera.

dentro de la tina de vidrio y patas de madera

me baño en manos plásticas con relojes

detenidos en el tiempo

aprisionándome invisible la libertad en cadenas.

y las jeringas doradas me acaban adentro

cuando me pico tristeza

no te siento

dijo una persona de “poco sabe y mucho miento”

babeando conforme la plástica cereza .

¿Cuándo pienso y no hago, realmente me arrepiento?

Rellena de viruta crujo por dentro y no tiento.

me hago el muerto

flotando relojeada entre las manos

pinchan los números del reloj

desangrante entre las agujas del tiempo.

Veo refractar en mi vidrio a iris en arco

y si me emocionan los colores, siento.

rompo la tina y me abro al medio

dedeandome sangrante el tajo.

exhalo, llorando.

Nunca sentí el viento.

Escupo vidrio respirando

sangrando adentro.

duele parpadear cortada

pero tengo aliento.


Clavel Cristal

Soy de existencia abstracta,

flotante en el formol de un clavel de cristal.

mi cuerpo duerme fuera del reloj cuando la mente intacta

escucha que retumba en mis huesos rabiosa, la quietud total.

Sí la perfección no te torna en un busto marmóreo fantasmal, no es tal,

existir es imperfección en movimiento, sin atajos.

trasciendo la inercia de la incorporeidad etérea y me vuelvo real

ofreciéndote en bandeja mi corazón abierto en gajos.



Viborean mis venas viendo chispear el cielo razzo

y avanzan los pimpollos floreados cuando se contrae el musgo respirando.

la tinta negra deja las pupilas ciegas

oscuridad total en la manta de seda

ciega en mi casa

no veo nada, pero veo tanto

descascarándose, la luz arrasa

y se cuela por mis grietas explotando el ocaso.

entregarse al amor es morir sobre terciopelo, suave, aunque no lo sientas

me dice que tiene mi muñeco atravesado con alfileres para que no le mienta

y cuando me sentía entre la risa y el llanto

entre el asombro y el espanto

sobre la corona de espinas en mi cabeza sangrando, coloca sonriendo un halo.

jueves, 6 de junio de 2019

Queco


¿Usted no es el de la televisión? ¡Es usted sí! El del programa ese que hablan de boludeces que nadie entiende. Bien tarde lo dan, en el canal del estado.
El otro, el supuesto identificado famoso del canal estatal, caminaba apurando el paso, como retrocediendo de la situación, pero moviéndose hacia adelante. El abrigo de cuero, un poco raído para lo que uno esperaría del atuendo de una luminaria, le enjutaba la cara dentro del cuello de piel de cordero, que llevaba levantado, al contrario que su propio pescuezo que buscaba retraerse dentro de la pelambrera blanca que forraban las solapas alzadas del gabán.
El paparazzi improvisado, por falta de educación o exceso de valor, no se percataba de que, al que se alejaba, no le había caído muy bien el ser reconocido y, continuaba su persecución, mientras apuraba algo de manduque.
Es que el queco era de mala muerte, de esos en que uno hace fila de espera. Con carritos de venta de torta fritas y alguna que otra minuta en la puerta. El gordo de las milangas, pregonaba su mercadería, a los gritos, escupiendo las palabras entre unos labios flácidos y exageradamente carnosos, en composé con una cara aburrida de ver putañeros y mala vida, riendo de las anécdotas repetidas, de conchas duras y pijas blandas.
- ¡A la milanga, a la milanga la que pone dura la guaranga!
- ¡Birra, bironga, la que para la poronga!
Los tipos y las yiras recuperaban energías en el carro del gordo, ya que el bar del lupanar era magro, en dimensiones y ofrecimientos. Todos se rebuscaban antes o después de ponerla, con una milanesa al pan, ablandada con cerveza casi a temperatura ambiente.
- ¿Viene a ver a una novia? Interrogaba ahora el inoportuno.
- ¿Por qué no me deja en paz?  El pedido fue terminante, imperativo, pero entre las palabras, se deslizaba una cadencia de exhortación, un reclamo que imploraba más de lo que imponía.
  Al curioso, esta petición le movió vaya a saber uno que engranaje en su cabeza, estas palabras le indicaron que no debería seguir con su increpación. Ya las voces de su hostigado no eran susurros casuales y abrían paso al razonamiento fácil, obvio, de que, en un quilombo, no es inteligente andar de pendenciero o nada que se le parezca.
El ambiente de la puerta volvió a su murmullo habitual, a los escupitajos de costado, a putas tristes y alegres, a chongos y enamorados.
Libre ahora de admiradores e interrogatorios, el hombre entró raudo al vestíbulo del burdel, pasó la vista por el sillón medio destartalado, coloreado de un verde que metódicamente se había empecinado en volverse gris; un par de caballetes aguantando 3 tablas cepilladas, donde dos botellas de whisky brasilero convertían, con mucha buena voluntad e imaginación, a todo el conjunto en un bar. Un par de taburetes chuecos de tanto aguantar torcidos sobre sus patas; y todo esto encerrado entre cuatro paredes de bloques grises a medio revocar. 
Miró su reloj y se sacó el borsalino, dejando su calvicie al aire, agregándose muchos años a su apariencia gracias a esta simple acción. El bigote grueso, conquistado por las canas, se fruncía, mientras sus ojos buscaban algo, alguien.
La luz, lo suficientemente tenue como para disimular imperfecciones, no ayudaba en este proceso de identificación al que se había encomendado.

 - Lindo, ¿A quién buscas? La madama le pregunta con esa ternura condimentada de burla, con las que las personas que la vida les ha mostrado como funciona la bisagra de los claro oscuros, hablan.
- A Celeste, o Yaro.
- ¿A las dos? ¿Mira?
-No son dos, se llama Celeste, pero acá le dicen Yaro.
- ¡Ah! Yaro es el nombre artístico.
- Algo así. Dijo el tipo con vergüenzas de tener vergüenzas.
- Yaro ahora está ocupada. Sentate y charlamos, te pones más flojito. Vení tómate una mientras la esperas. Tenes cara conocida, vos pasas seguido por acá. ¿No?
- No, no tomo yo, ya no, no tomo más.
- Yo, en cambio, no tomo menos…y con este frío, de alguna manera hay que calentarse ¿No?
La puerta de uno de los cuartos, se abrió, arrastrándose durante los primeros grados de su movimiento, tironeada, en dos tiempos por el milico de azul que salía, aun acomodándose la hebilla y el último botón del pantalón.
Sin mirar a nadie, apenas cruzó miradas con la madama, y le lanzó un saludo que más sonó a advertencia, que a cortesía: -Stella, nos estamos viendo.
- Buenas tardes, Méndez. Contestó esta, e inmediatamente agregó: - Qué pase bien… milico de mierda, gordo sucio, hijo de re mil putas. Absolviendo a las últimas palabras de su frase, para que hicieran lo que quisieran con su resonancia. 
– ¿Y vos a dónde vas, lindo? Yaro no está ahí, ¿Cambiaste de idea?  Ahí atiende Marta, y no creo que esté pronta, todavía.
El tipo se había levantado del taburete y enfilaba para el cuarto desde donde había salido el Gendarme.
- ¿Dónde está Yaro?
- Uh, estás enamorado, ¿eh? Dale unos minutitos, que no sos el único galán acá.
Volviendo a su silla, ahora miraba la única puerta del quilombo que estaba cerrada. El otro cuarto, el único otro habitáculo destinado al placer.
- ¡Che! ¡Qué fuerte que te pegó! ¿Con tanto amor, como es que no te he visto más seguido? Tu cara es conocida, pero si Yaro tuviera un noviecito tan empedernido, me acordaría seguro.
- Yo no soy su novio.
- Bueno “cliente” lo que quieras vos chiquito, mirá que andás con ganas de pelear.
La mujer mientras hablaba, cruzó miradas con un tipo grueso que parecía estar ensayando, hace años, un método para que su cara se pareciera lo más posible a un ojete.  La seña era solo un pestañeo, el amor hace cosas malas con los hombres, y ella tenía un lindo ramo de cicatrices, regaladas por esos príncipes azules que no se dan cuenta donde termina el cuento y donde empieza la puta y el tipo. El veterano estaba tranquilo, pero nunca se sabía, la mujer no había llegado a madama, por falta de experiencia, ni por falta de recaudos.
- La busco hace mucho, muchísimo, tengo que verla, llevo ya como tres años visitando casas de citas y tugurios, nunca es Yaro, es decir, es Yaro, pero no Celeste, mi Celeste. Hablaba para él, no reparaba en su interlocutor.
- ¿Tres años sin verse?
- Tal vez más, la última vez que la vi, fue desde arriba del 2, era ella, la reconocería siempre.
- El que va al San Bois? Mi hermana vive por ahí. Son una mierda esos trolebuses. Siempre, a la altura de la avenida comercio, los cables se salen y hay que esperar a que lo enganchen de nuevo.
- El 2 no es trolebús; usted se debe de confundir porque se sube por la parte de atrás.
- ¿Cómo que no? Es de los azules…
Los ojos del hombre se van a algún lugar, lejos. No parece importarle lo que la mujer dice. Escupe palabras como si estuviera hablando con todos y con nadie:
- Me puse a gritar para que pararan, pero el tipo no me abrió hasta la siguiente parada. Bajé y volví corriendo, no estaba…
- Opa, entonces se conocen desde hace un tiempo. ¿No me digas que te plantó? Somos malas las mujeres… a veces.
- Solo se fue, despareció, y con ella todo lo que llenaba cada espacio del día, y con esos días vacíos, semanas, meses, años, que quedaron sin sentido de nada. Todo quedó así, pegoteado en esa melaza de recuerdos que se convierten en puñales con su ausencia.
El breve silencio, vibrando entre reflexión y sorpresa, lo disipó la mujer, que fiel a su género y, a pesar de su vida sin muchos bocados de ternura… y tal vez por eso mismo, le dijo: Hombre, yo no sé si alguna vez alguien me trajo en su pensamiento con esas palabras, parece un tango. ¡Mire que tuve enamorados!
La charla tenía un par de invitados que, obedeciendo a esa condición de animal gregario, se iban arrimando para que sus orejas no sufrieran más el tironeo de la discreción.
-Usted no entiende, esto es mi vida, lo único que queda de ella. ¿No está pronta ya?
-Vaya hombre, vaya, ahí esta su Yaro…o Celeste, limpita, esperando verlo.
                                                                                       ***
La puerta del cuarto estaba abierta, el hombre entró arreglándose el cuello del saco, sosteniendo el sombrero como si fuera un volante, apretándolo contra esa parte del pecho que duele cuando la vida es cruel, anunciándose con los ojos llenos de una tristeza insondable.
- ¿Dónde está mi nena? ¡Mirá como vine a tomar ese te! Traje mi gorro de fedora y todo, el gacho que te gustaba tanto como me quedaba. ¡Hoy sí, tengo que estar invitado!
Las paredes blancas, tenían un tornasol rosa, el recordaba que había echado unos sobres de entonador dentro del balde de cal en pasta. La idea era que el blanco se tornara ese rosado favorito, pero quedó como un marfil, con un mensaje subliminal tenue, cada vez que el sol de las 5 pm le daba luz a la pared.
En el techo aun colgaba el pitón para armar el tul, sobre el espacio donde la cama de madera ofrecía un puesto de avanzada para mirar la lluvia a través de la ventana. 
Esa ventana, por donde admiraban los aguaceros, planeando un futuro que, seguramente, no contemplaba ninguna de las cosas que un futuro verdaderamente trae.
- ¿Y no vinieron amigas a la visita? Mirá que te lo digo siempre, podés invitar a quien quieras.
En la esquina estaban los paños de colores, tapando el baúl con los disfraces, para las tardes de actuación. Los levantaba y se perdía entre los arabescos de la tela, reviviendo los personajes, con los que le había tocado interactuar cada vez que a Celeste se le daba por darles un ratito de vida.
-Me imagino que el agua ya estará caliente.
Sus ojos se entretuvieron en la esquina donde la pared de la ventana se juntaba con el techo. La lluvia teñía de gris humedad al rincón, preocupándolo, en la obsesión de recordar cuando había sido la última vez que había arreglado esa fisura.
Le pareció ver incluso la guitarra esmaltada detrás del roperito blanco.
-Ella se empecinaba en tocar esas canciones en inglés. Solo ruido – pensó con media risa en su boca – guitarra y tres clases.
Reculó dos pasos y dejó que su cuerpo se inclinara, haciendo sonar sus rodillas, sentándose en la cama que le pareció más baja, endeble. Desfiló su atención por las patas del lecho y no le parecieron los apoyos de siempre. Los apretó, clavándoles las uñas, buscando las marcas que habían hecho una vez con un cortapluma para mostrarle de que color era la madera debajo del barniz oscuro…
“Barniz oscuro... Estas patas, son verdes, mal pulidas, redondeadas.”
El vértigo le subió desde los testículos hasta la boca, dejando a su paso el estómago en ruinas trastocadas.
El ruido del baño lo distrajo durante lo que dura un montoncito de parpadeos, para que después, el aturdimiento, tomara por asalto nuevamente a la situación. El lugar ya no era conocido.
“Este no era el dormitorio de Celeste.”
Había perdido de vista toda referencia, los colores de las paredes caían craquelados, como cáscaras de huevo, la ventana oscurecía su luz y se tornaba en la puerta de un placar sucio, pintado de salpicaduras y moho.
La puerta del retrete se abría de par en par en ese momento.
“¿Y ese baño? ¿Qué mierda hace este baño en el medio del dormitorio”
Su conciencia sometía a sus ojos a un ejercicio de sustituciones y desvanecimientos que lograban hacer girar los techos del cuarto tan rápido como gira este mundo.
La mujer, se desplazaba por la pieza como si fuera la dueña del lugar, el desabillé colgaba de las carnes blandas. El la miró y desde la óptica alterada de su percepción, le pareció que la tipa se estaba derritiendo. Los géneros babosos de la prenda barrían al piso, deteniéndose cada vez que su modelo dictaba una pausa en su andar.
¡Celeste! ¡Linda, soy yo! ¡Mírame, vine a jugar, como siempre, como cada tarde desde que hay tardes nuestras! Soy yo…Papá.  
¿Querés contar estrellas? ¿Que te enseñe a usar otra herramienta? No tengo todo el tiempo que una vez tuve, ya no. El mismo tiempo se lo tragó, hay que aprovechar, ya no tenemos tantos ratos… ya quedan menos.
De espaldas a él, Yaro se desgreñaba a fuerza de cepillo frente al dressoire, con un pucho pegoteado a su labio inferior. Acomodándose los pechos, se giró para mirar al hombre. Sus ojos amojamados de tanta vida se entrecerraron, reconociendo las facciones del tipo que, desde su cama de trabajo, le hablaba.
Cerrando el ojo por donde el humo trepaba a su rostro, dejó que su voz carraspeara:
-Mi amor. ¿Vos no sos el del canal del estado? ¿El del programa ese que dan bien tarde?
                                                                                      ***

viernes, 3 de mayo de 2019

Diario intimo. Belén Haymes.


La niña que habita allá en lo último de mis entrañas, me dio su permiso para publicar un fragmento de su vida que tuvo lugar para ser exactos, en el año 2011.


“Octubre 15.
Hace pila que no uso mi diario íntimo, primero porque ya creo que estoy grande. 
El año que viene ya entro al liceo y dicen que desde ese momento te cambia la vida, tus amigos de la escuela apenas te van a saludar y tenés que prestarle atención a 12 boludos, usar lapicera y un montón de estupideces más que dice mi madre.
Re cualquiera, mis amigos son mis amigos y lo van a seguir siendo para siempre aunque ahora que pasó esto como que tipo me siento re sola y los necesito.

No sé si quiero escribir esto porque todavía siento que fue un sueño y escribirlo lo va hacer real. 
Capaz que en unos años alguien lo encuentra y hace una película, yo no creo que lo encuentre porque no sé qué voy a hacer, no paro de pensar en terminar con este momento de mierda.
Resulta que la otra vez a la salida de la escuela todo normal, el tipo de las manzanas acarameladas como siempre y los auriculares enchufados, porque me voy sola y me da asco lo que me grita el obrero de la esquina de casa. En una de esas veo que mi madre me vino a buscar y no entendía nada, pensé que en una de esas había quedado para algún casting de actuación y nos teníamos que ir a Montevideo, pero nada que ver, ni me hablaba. No le di bola porque me gusta estar en mi mundo, yo me pondría los auriculares hasta en un asado familiar.

Cuando vi que llegábamos a la casa de mi padre se me paralizó el mundo, pensé que sí o sí se había muerto alguien, tipo re cualquiera, jamás haría eso, lo primero que pensé fue en mis abuelos, mi miedo más grande, que se me mueran la nana o el tata.
Ese pensamiento se hizo muchísimo más grande cuando entré y estaban todos llorando y ahí me quebré, pero de la felicidad porque mis abuelos estaban ahí, aunque seguía sin entender nada.

Me dijeron que prendiera la computadora y ahí me cayó la ficha, no quería, se habían enterado, la que se me iba a venir. Me acuerdo de haber cambiado la contraseña de fb para evitar este momento porque era muy evidente, nacional123 o algo de eso, me hubiera hackeado cualquiera de los pendejos de mi clase o los de 6to A, lo que me olvidé fue de esconder bien el papel donde la había anotado. Fue mi culpa por no haber ocultado bien las cosas. Culpa mía porque mi madre no confía en mí y si vienen 500 pesos de internet algo raro hay, culpa mía porque acepté a un pibe de 23 años que no conocía. Vamos, quien no tiene a alguien en facebook que no conoce? Y me dijo que capaz que para que el que me gusta me diera bola, le tendría que mandar una foto mía en bombacha. Según él tengo casi 11 y ya tengo tremendo lomo, y por como hablo y la cabeza que tengo parezco más grande.
En una de esas capaz tiene razón, yo no me acuerdo de llegar de la escuela a tomar la leche y mirar Casi Ángeles, me acuerdo de sacarme la túnica y la moña deshecha para tener que hacerme cargo de situaciones de mierda, a pensar como un adulto. Estar atenta a que nadie me vea los brazos todos cortados, de ultima puedo encajar que me arañó el gato de la vecina o que pelotudeando me enganché con el tejido. La verdad es que no tengo gato, pero nadie se da cuenta, y tampoco tengo tejido con alambres de púa pero bue, mentiritas piadosas, mirada de angelito y nadie se da cuenta.

En fin, ese día un quilombo, mentiras por todos lados y muchas más cosas que nadie se da cuenta, como que voy a llegar a mi casa y mi madre no se va a dar cuenta que le voy a agarrar una gillette la voy a romper y me voy a dibujar un caminito vertical en la muñeca, como una foto que vi en fotolog y me voy a acostar a dormir, o que cuando el abuelo no esté voy a agarrar la pistola que tiene escondida que todos sabemos que no tenemos que tocar nunca. O me rateo un día de la escuela y me cuelgo de algo.

Nadie se va a dar cuenta, porque no quiero que se den cuenta, porque ya sé que es mi culpa. Soy una decepción, no quiero que carguen más con la pendeja de mierda que miente que va a lo de las amigas y se va a la plaza, que la llevan a la matinée y vuelve toda pinturrajeada, mis padres no se dan cuenta que les digo que el otro me dejó salir cuando no fue así y los dos están de acuerdo con algo que jamás fue cierto, que pasa todo el día en la computadora y en el carné tiene bueno regular, que no salió abanderada ni en pedo.

Dijeron de hacer una reunión con la maestra, la directora y los padres de mis amigas y no se van a querer juntar más conmigo, eso también va a ser mi culpa y me la banco, nadie se merece una amiga así. Cuando mis primos se enteren, mi culpa y cuando los amigos de mi padre.. Como dijo él: “van a pensar que sos una puta”, y también va  ser mi culpa, no tener más facebook hasta que sea mayor de edad, mi culpa, ser la decepción de la familia, mi culpa, si abro las piernas y tengo un hijo a los 13, mi culpa, si voy de pollera a la escuela y el obrero me grita algo, mi culpa.
A veces pienso, si a los 11 años tengo un millón de culpas, no quiero llegar a los 20 y tener el doble de culpas, la verdad loco que vida de mierda, pero, ¿adivina de quien es la culpa?”

                                                                       ***

Y en realidad nunca lo fue, el delito es responsabilizar la inocencia, culpar a la víctima, aprender a boxear contra la pared y un montón de años, para sacarse esa mochila.
Hace falta empatizar y darse cuenta de que tristemente, hay un montón de diarios íntimos en el mundo, se necesita que se hable, que se concientice y se deje de encubrir por vergüenza realidades familiares.
Educación y cariño.
Lo apacible de encontrarme con todo eso después de mucho tiempo, incluso después de aprender a vivir con la existencia de uno de mis miedos más grandes. 
Poder entender que ser mujer no te hace culpable de nada…
Ser una niña, mucho menos. 

miércoles, 26 de diciembre de 2018

Crónicas de India


” Out there with these natives it must be
a temptation to be god”
John Milius, Guion Apocalypse Now (1979)

Sao Paolo, octubre 2018
Caminando por el Aeropuerto internacional de Guarulhos.
-Los documentos del viaje quedaron en el auto, todos los documentos. Al bajarse mi amigo se los olvido.
50 pasos más por el corredor que conecta una terminal aérea con la otra.
- Siempre que se va, sé que tiene sexo casual a la ciudad a donde le toque ir, ya ni siquiera se cuida de esconder los rastros en su ropa, en su equipaje…en su cuello.”
Las dos mujeres ríen, cómplices, sentándose en un café impersonal como todo lo que hay aquí adentro.
Unos 100 pasos más, el carro que sostiene a mis valijas repiquetea cada vez que cruzo las líneas marcadas en el piso, me imagino que serán para los ciegos.
- Usted siempre será mi bebe, usted y su hermano, siempre serán mis bebes.
- Pero mi hermano es un doido”
Otros 50 pasos y llego a donde tengo que seguir esperando que mi mostrador abra para el check-in.
Con los años he aprendido a odiar y amar a los aeropuertos, tal vez amar y odiar son sentimientos que no deberían estar relacionados a objetos inanimados, pero ¿hay algo más vivo y a la vez muerto que estos lugares? Son el recordatorio constante de lo efímeros y fugaces que somos.  Permanente movimiento a todos lados, en un eterno devenir de sillones en clase turista de negocios o primera. Atravesando el globo sin movernos realmente de una posición estática y sedentaria.
Ya no recuerdo exactamente por cuantos estuve, uno va perdiendo el gusto por reconocerlos, hoy, para mí, son solo cajas enormes de acero inoxidable, donde seguramente las paredes del este y/u oeste son hechas de cristales para aprovechar la luz solar. Sillas, comercios, restaurantes con ínfulas de ser un poco más que franquicias…y nosotros, muchísimos de nosotros, con petates, problemas, apuros y cansancios, turistas, ejecutivos, inmigrantes y emigrantes, de estos últimos dos grupos ya casi nadie es capaz de diferenciar cuales son unos y otros.
Hoy, desde Sao Paolo, atravieso la mitad del planeta, rumbo a Bangalore-Bengaluru, preparándome para el famoso shock cultural que parece ser lo más atractivo que la India tiene para ofrecer.
                                                                                       ***

Cracovia, octubre de 2015
 
Los tacos de las dos rubias polacas que acompañaban al Marqués de la Voglia cascoteaban las piedras con un sonido semejante al de los caballos que tiran los carruajes turísticos al chocar contra los adoquines de la calle Zwierzyniecka. Las mujeres, recientemente graduadas de esa condición, se celaban por la atención del hombre, también flamante espécimen de su género. Los guantes blancos de piel conquistaban los hombros del tapado que cubría el cuerpo del caballero. Risas armónicas, quizás hasta un poco melosas, cortaban el silencio de la noche Cracova.
Nos esperaba la muestra de fotografía de la Associated Press, un evento al que concurren los que quieren ver a través de los ojos de otros, escenas paraliticas de un mundo que engulle todo lo que no se mueve al ritmo del animal reinante.
*Mi conocido con títulos nobiliarios y sus acompañantes, forman parte de otra historia que trata de andares distintos. Conceptos que tal vez, si dispusiera del tiempo y espacio necesarios para elaborar en ellos, no sean tan discordes con los de esta crónica. Pero todo tiene un principio y, en la antigua capital polaca, se originó este comienzo.
Las fotos en la sala de exposiciones variaban en tonos y contextos, una en particular, me llamo la atención. El fotógrafo y su lente habían captado una intersección de dos calles en la ciudad de Bangalore, donde el caos era desproporcionado. Observando detenidamente, los vehículos parecían dominar la escena, con sus conductores del lado derecho del habitáculo, motos circulando en todos los sentidos imaginables, bicicletas atravesando una de las vías, muy cerca de los buses que, a su vez, también violaban unas cuantas normas estándares de tráfico y respeto por la vida propia y ajena.
En el medio de todo este ir y venir de maquinas y operarios, casi desapercibida entre un grupo de peatones que se lazaban al rio de medios locomotivos con el propósito de llegar a la otra orilla, una mujer, estaba parada en el medio de los dos carriles de la avenida más ancha que protagonizaba este cruce. Era evidente su posición rígida a pesar de la inmovilidad fotogénica, la cámara, sin quererlo, la puso en el centro de todo ese torbellino, como si todo girara o se moviera a su alrededor.
Me quede prendido durante unos 30 minutos, mirando esta única pieza, observando los rostros visibles que el fotógrafo había registrado. Me parecía irreal el numero de vehículos, la impunidad con la cual nadie respetaba una sola norma de vialidad. La vulnerabilidad de los transeúntes, que a pesar de estar en desigualdad de condiciones se los veía esquivando los autos, en posiciones más que arriesgadas, sin miedo a sufrir las consecuencias obvias de una colisión entre carne, huesos y metal.
Después de varias recorridas por la imagen, otros detalles aparecían, diferentes características que el artista del lente arrastró dentro de la escena, elementos que fueron paulatinamente cobrando vida en mis ojos, cuando el Toc-Toc cruzó raudamente esta misma intersección en Bengaluru, exactamente 3 años después.

Bengaluru/Bangalore, octubre de 2018

El triciclo maldito, se movía entre una sinfonía de bocinazos sin hacer uso de espejos retrovisores, vista periférica o sentido común. Sentado en el medio de la butaca, con mis brazos prendidos fuertemente a los parantes, yo, había desistido ya en hacerle entender a “Falil, Falel o Falem” que no tenía ningún apuro, mis prioridades pasaban por continuar con vida, cosa que me atrevo a suponer, mi chofer interpretó completamente a la inversa. Una de las tres ruedas mordió el cordón de la vereda para rebasar por la derecha un bus que venia cargado de gente con caras de haber nacido dentro de ese medio de transporte. El susto del sacudón fue contrarrestado hábilmente por mi chofer-psicópata inconsciente, redoblando la apuesta, al cruzarse por el frente del bus e, inmediatamente, cortar las otras tres vías de trafico a fuerza de claxon e ignorar la peligrosa cercanía de los otros vehículos para doblar en U e irrumpir, sin ningún tipo de conciencia cognitiva, dentro del tráfico contrario. Astuto, no me daba tiempo de recriminarle una cagada, cuando había sumado 10 más a la lista, en menos de 300 metros.
Envuelto en este vértigo y dolor de riñones por la falta de amortiguación debida, me percato que, súbitamente el trafico todo se detiene, Falil, Falel o Falem gira su cabeza y en su inglés roto, comparte conmigo una reflexión de conductor indignado -Esta luz es mala idea, no bueno.
“Esta luz” No es otra cosa que un semáforo que, para mi asombro total, y develando el final de este recorrido por anticipado, es el único con el que nos cruzaremos desde principio a fin.
Al detenernos, puedo concentrarme en otras cosas que no sean imaginar cómo serán los últimos momentos de mi vida, antes de morir por causa de impactos severos en distintas zonas de mi cuerpo. Mi percepción me indica que hay algo mas en esta escena, mi memoria trae imágenes y las ajusta, para que mis ojos reconozcan el caótico cruce de la foto que admire en Cracovia. Por alguna razón me invade cierta satisfacción, algo banal, pero no menor. Asocio que debe tratarse de algún tipo de realización personal.
El lugar real es asfixiante, los olores invaden mis narinas como un vendaval de podredumbre, basura de todo tipo parece brotar desde abajo de las calles. A pesar de estar esperando el cambio de la luz, algunas motos avanzan por los intersticios que quedan entre los vehículos. Los peatones cruzan mirando en 360 grados, alertas siempre. Luz verde, es el turno de que esta rebullida arteria avance. Bocinazos, entre frenadas, mas sonidos. Cuando cortamos la otra avenida, hay un hombre en el cruce, parado, quieto, sin mucha posibilidad de movimiento.  El flujo de autos, motos y demás cosas con ruedas, lo paralizan, rozándolo a milímetros. En nuestro turno, pasamos muy cerca suyo, su cara transmitía nerviosismo y molestia, en un estado de alerta inútil, embretado en el centro de esta anarquía…Así es que comprendo, como si se tratara de un efecto retardado, la foto vuelve a materializarse, nítida.
Creo entender el concepto de la imagen, lo que el artista plasmó con sus ojos a través del objetivo. Retrató India, en una sola acción, en el desorden instaurado de sus calles, en la indiferencia total por el individuo, en la indolencia general de su propia realidad.
Esta no es una crónica romántica, exploratoria de nirvanas espirituales y exaltación de revoluciones pacifistas, tampoco es una critica insolente de una sociedad que mentes eximias y mejor preparadas que la mía, han querido explicar con un éxito ambivalente, en el mejor de los casos.
Esto es un parpadeo, breve, pero tan intenso como los hedores que salen de las cloacas semi descubiertas de sus calles. Es la India que se mostró ante mis ojos.  

*Bengaluru/Bangalore, sábado 13 de octubre

El Oakwood residence hotel, es un esperpento de acero y concreto, con una piscina decente pero enmarcada en una de las peores vistas que he tenido el gusto de consumir, desde que soy huésped de este tipo de hoteles corporativos. Quedarse en uno es como haberse quedado en todos, la idea seguramente es la de generar en la cabeza del huésped que este es un lugar conocido, un sistema ya probado.
Son las 4.44 am de un sábado, hora reflexiva como pocas, llevo 2 semanas en la “Silicon Valley de la India” y acabo de terminar un mail claro y bastante descriptivo a los editores de Wikipedia para que remuevan esa guiñada condescendiente de la descripción que hacen de la ciudad. Por más que sea cierto en parte, que muchas compañías tecnológicas se hayan instalado en esta parte del globo, debido a que los costos inherentes a mantener una filial aquí sean ridículos, yo, si fuera oriundo de la “ciudad de los porotos hervidos” **, me sentiría bastante ridiculizado si compararan mi localidad con la concentración de empresas tecnológicas que se instaló en la Bahia de Frisco. Celebremos las referencias culturales, pero es como que compararan mi bella costa de oro con Cadaqués…sabría identificar la ironía y no me gustaría que Wikipedia se encargara de distribuirla al mundo.
El casco urbano y sus alrededores están viviendo una transformación, evidente, no hay 3 cuadras sin que la construcción no se haga presente, edificios, centros comerciales y por sobre todas las otras cosas el metro, obra de ingeniería que esta semiparalizando a una ciudad que se mueve a velocidad de hombre, con un problema de trafico inaudito, y un parque automotriz que no es sometido a ningún tipo de control por absolutamente nadie. Cuando me refiero a control, no apunto a que se apliquen medidas como, por ejemplo, la de circulación de matrículas pares un día y binarias al siguiente. Me refiero al simple hecho de que la única señalización presente en las calles es la de “prohibido estacionar”.
*Creo que esta crónica tendrá la misma estética desordenada y anárquica por la que he estado viviendo estos últimos días. No solo gano en edición, si no que también respeta un concepto del cual no creo poder desprenderme hasta abandonar el lugar de los hechos.  
**El nombre de la ciudad hace referencia a una leyenda que se puede encontrar fácilmente con cualquier buscador y como es costumbre, no pienso gastar “tinta” en información que esta al alcance de cualquiera que quiera y pueda.
Francamente, por mas que lo parezca, no es la industria automotriz y sus problemas inherentes lo que se revienta contra los 5 sentidos del visitante primerizo, en absoluto. Es tan solo uno de los condimentos que hacen de esta experiencia algo nunca visto, humildemente, por mi persona.
Aquí viene la justificación ególatra que, para los que me han leído alguna vez, saben que esta siempre presente en relatos, cuentos y crónicas. (Si hay algo que se convirtió en realización durante este viaje, fue la total aceptación de que mi vejez me mira ya, con muchas ganas de acercarse a mí, por fin, en calidad de amiga. Lo sé, mucho palabrerío en forma de eufemismo para comunicar que todo, cada vez más, me chupa un huevo y con ella la pérdida de memoria inmediata, ¡no recuerdo bien a donde iba con todo esto…ah sí!, mi ego tiene que estar presente esta vez en forma de aclaración.) No es la primera vez que estoy en un lugar de este mundo donde los índices de pobreza tocan el cielo, sin tener que levantarse de esa silla imaginaria en la que el banco mundial los pone en penitencia. Pero nada me preparó para verlo en primera fila de una manera tan total y aceptada como en esta nación.
Aquí, todo es indigencia, incluso los lugares que parecen emerger desde la tierra roja donde se cimienta esta ciudad. Explicarlo con palabras es un intento vano, fútil e inútil, pero ¿para que me puse a escribir todo esto si ni siquiera voy a hacer el intento?
En la practica de una de sus creencias, la sociedad india se divide en castas, esto no es nada nuevo, el sistema es una versión religiosa de los estratos sociales occidentales con un toque de racismo y la palabra “milenario” aquí y allá. ¿Poco respeto? Si totalmente, en lo personal las estratificaciones sociales ya me tiene bastante podrido y esta es una versión aun mas retrasada y aceptada, enquistada en una sociedad que, en su gran mayoría, lo acepta porque Brahmá, los pario de una manera u otra. Si las religiones occidentales me causan vómitos y diarreas, esta versión “made in Asia”, me produce contracciones en todos los órganos de mi cuerpo. No tengo ningún respeto por una sociedad con reyes y reinas, menos aun por una que a esto le suma la estratificación social mas repugnante que he visto en las 4 décadas que llevo en este inmundo lugar al que llamamos mundo.
Hay que notar que existen organizaciones que luchan por los derechos de los que están mas abajo, y vale hacer la aclaración, hay grupos de seres humanos que se los considera mas abajo que los de abajo, “Dalit” o tribales es la nomenclatura por la que se los conoce.
Según los últimos censos, el 16 % de su población total. (1225 miles de millones) y, la constitución de la india, en ningún momento reniega del sistema de castas, solo reconoce que la discriminación a los descastados no es permitida.
Me imagino que no preciso continuar, para explicar lo poco de real que tiene ese artículo constitucional. Estamos hablando de la nación que descriminalizó la homosexualidad en 2018. Correcto, era un crimen, para ciertos individuos el solo hecho de ser. (Si, no me olvide de ningún adjetivo, SER)
¿Pero para que seguir con esta estética filosófica?  De que sirvió gastar 6 horas de mi vida en recorrer los 10 kilómetros que me separan de una de las organizaciones que se encarga de recabar datos, concentrar esfuerzos y morir en el intento, para erradicar la pobreza extrema en este país.
“No fotos con teléfono, solo con cámara” Me dijo el muchacho que me recibió en la “oficina”
¿Eh? – Pregunto, sin ni siquiera hacer el intento de entender la lógica, solo quería una explicación.
“Gobierno, no gusta de nuestro trabajo. No información, no hay molestia”
Esos tres puntos son el mejor recurso literario que encontré para describir mi respuesta a su explicación que traté de traducir, de un inglés quebrado, a un español iletrado.
¡Nueva aclaración! como esta ONG (para llamarla de alguna manera) no tiene los recursos necesarios para conducir investigaciones o recabar datos fidedignos, se basa en la publicación de Brookings Institution, para los datos a nivel nacional y, un poco más cercanos a la realidad en lo que concierne a información local, donde es a puro esfuerzo que se hacen con la data de la que disponen. No es una crítica, las demográficas se manejan en números tan macro que es muy difícil, si no casi imposible, hacerlo en manera honorifica.
Las cifras se reducen a datos bastante básicos, en esta ciudad hay, según los números de esta ONG, unos 25 mil indigentes en situación de calle, pero admiten que es un estimado con la mejor de las intenciones. Actualmente para cubrir las necesidades de estas personas se precisarían unos 100 refugios, de los cuales en la actualidad la ciudad cuenta solamente con uno.
Me cuentan, pero no es necesario ya que es de público conocimiento que, a nivel nacional hay una campaña que tiene como propósito erradicar la pobreza extrema para el año 2030.
Los guarismos que se manejan dan mareos y ganas de largar todo a la mierda. 65 millones de personas viven en la extrema pobreza, casi el 5% de la población, y ese 5% son pobres en situación de indigencia. No estoy siendo condescendiente, si mi razonamiento me dice que, según el banco mundial, la pobreza se define, entre otros factores, por un gasto diario de menos de 3,60 dólares por individuo.
Es decir, tenemos a los indigentes, 65 millones, después viene una franja de personas que vive con menos de 4 dólares diarios, los pobres oficiales y, además, un sector de población mucho mas grande, que vive apenas con un poco mas de esa cantidad, lo que estadísticamente, los saca de la pobreza, no así en su realidad.
Es bajo estos parámetros que, por hora, 44 indios abandonan la pobreza, pero 16 ingresan a ella en el mismo lapso.
¡Nuevas cifras de la “Brooking”! La india aporta el 10 % de la pobreza en este mundo, es el segundo país con población por debajo de ese nivel en el globo, pero, y este “pero” es grande como lo que representa, es una de las economías con mas crecimiento constante en los últimos años.
En realidad, significa que la clase media India, que es aproximadamente toda la población de sud América y parte de América central incluida, consume; cómo y de qué manera lo hace, es casi repugnante.
Occidente le ha traído a la otrora, espiritual y chacra-conectada sociedad de la india, todo aquello que puede traer. Grandes superficies, bancos y líneas de crédito con sus tarjetas, vehículos, boom de la construcción, en fin, eso que el capitalismo en gran escala ofrece, solo que, en este lugar del mundo en particular, los números son tan astronómicos, en lo que respecta a consumidores, que no hay que preocuparse absolutamente por nada mas que volcar bienes en una sociedad quebrada, olvidada, y estructuralmente vapuleada. Funciona igual, los números se disparan, por mas que, volviendo a ese 10 %, exista esta disparidad horrorosa con números desalentadores.
Los márgenes de consumo y ganancia superan al resto del globo, y son remunerados con salarios de 2 a 3 veces menores que en países de igual nivel de desarrollo y, de 10 a 15 en comparación con naciones primermundistas.
¿Como no abrir un centro de operaciones en Bangalore, o desarrollar software en Delhi? El producto final, va a ser comercializado en mercados donde el retorno será de 60 veces el costo, y a su vez, también será ofrecido aquí, en esta bestia económica sin controles, donde basta que el 30 % de la población consuma, para batir récords de venta mundiales.
Entonces hoy en día, la India no solo conservo la ridiculez de sus religiones, chacras y estancias(¿) Si no que también hoy se mueve por el mundo del capitalismo como el peor chacal de la manada.  
¡Basta! Antes de continuar a esta invitación al suicidio, vasectomías y nudos de trompas de Falopio, quiero destacar que no todo está perdido, claro que no. Es por ese mismo motivo que llego a esta organización, una noticia que leo en el diario, mínima, casi un recuadro sin importancia.(Sarcasmo)
La suprema corte determino, después de 5 años, que una mujer de nombre impronunciable no fue culpable de asesinar a su marido. ¡Si! Gracias a demostraciones y protestas de esta ONG y otras organizaciones, se logró la libertad de la sospechosa.
Un caso cautivante, lleno de vericuetos y dudas varias. Debería considerar escribir una novela usando como base este apasionante caso.
En líneas generales, para no deschabar lo que puede llegar a ser un best seller de mi autoría, el fiscal, pidió la encarcelación perpetua o, pena de muerte de esta mujer, como principal sospechosa del asesinato de su marido.
Las pruebas contundentes, como ya sabemos, fueron desestimadas por un hábil equipo de abogados que dejaron sin efecto el principal argumento de la fiscalía: La tipa no había derramado una sola lagrima en el funeral de su bien amado…
¡Obviamente! Cuando me relataron de esta manera el episodio ¿cómo no voy a saltar?
- ¡Hija de puta! -  Dije. No pude contener el encono, fue ella, ¡claaaaro!
Después, me explicaron la estrategia de la defensa y si, tuve que retirar lo dicho, con ciertas dudas, pero bueno, estas cosas son así.
 Al hombre lo mataron a 10 kilómetros de su casa, hogar que la mujer no osaba alejarse a más de 2 cuadras. Las heridas en el cuerpo fueron ocasionadas por mas de un individuo, es más, aparte de las puñaladas asestadas, lo que causo la muerte fue un severo golpe en la cabeza.
El hombre era de complexión robusta, su mujer en cambio rozaba el raquitismo y la única herida que presentaba la sospechosa, era una uña encarnada en el dedo gordo del pie derecho. No había señas de que hubiera estado involucrada en una pelea por la vida de nadie…salvo la uña esa…
La suprema corte (Si, si, esto llego a los burócratas con mas tejido adiposo de la liga) determinó que la falta de llanto o demostración de dolor, suele ser una reacción común en el ser humano, al estar pasando por un estado de shock.
Tengo que reconocer que me llevo menos de 60 meses darme cuenta de esta conducta humana registrada en el primer borrador que garrapateo Sigmund cuanta tenía 4 años.  (De vida, no confundir) 
En fin, está libre, pero la duda siempre queda… No llorar en el velorio…Eso es sospechoso number one, de acá a la china (que desde aquí no queda tan lejos.)
 Así es la realidad de la mujer…de todas las mujeres, este breve relato resume a la India para las Indias.
Si, tampoco esta fue el esperado recoveco donde la historia se torna un poco mas positiva. Creanme, que lo intenté.


Todo viene muy bien, seguramente ahora tengo dos bandos bien definidos de lectores, los indignados y los indignados. Si, no lo pienso desarrollar, se que todo el mundo está indignado por algo, o tal vez no tanto, y están indignados conmigo. Yo en cambio, me indigne con la India. Furioso estuve durante las 2 primeras semanas, use palabras que no me gusta utilizar cuando me refiero a otros seres humanos.
¡Salvajes! Con cero empatías por el prójimo, observo desde la ventana del 5 estrellas donde me hospedo.
La flamante y creciente clase media y rica de las castas más altas, se divierte en las terrazas de los rascacielos, a metros de ellos, niños comen de la basura acompañados por ratas del tamaño de un gato pequeño.
Es obsceno ver como en los jardines de los condominios recientemente construidos, viven familias acinadas dentro de carpas de nylon, lavan sus trastos y a ellos mismos, en barriles y tachos plásticos, llenos de agua que juntan de canillas públicas. Comen en condiciones que solo los animales callejeros igualan y a nadie parece causarle el más mínimo sentimiento.
Incluso la clase trabajadora, se comporta con niveles de civismo casi inexistentes, tratan con desprecio a aquellos que se dedican a los servicios y ni siquiera se percatan de sus iguales que se encargan de mantener el ornato público. 
Estas escenas, molestan, son violentas, y a los locales les pasa desapercibida, es el orden en que la sociedad aquí fue concebida.
Me enojo, casi a niveles de cólera, me cuesta dormir, mis caminatas me devuelven con mas resentimiento, me produzco rechazo, me encuentro hundido en razonamientos que rozan con tres tipos de racismo: cultural, nacional y xenófobo…esto, este lugar, está sacando lo peor de mí, y creo que es eso lo que me encoleriza.

Domingo 21 de octubre, 3:40 AM

Retomo a la hora habitual la escritura, me cuesta, me obligo, pero quiero que conste que estos días, en mis vueltas, me he enfocado en las interacciones, la gente siempre esta alegre, no sé cómo, ni por qué. Sinceramente yo no podría encontrar un ápice de felicidad, empantanado en este lugar. A muchos les gusta incluso. Un hombre que conocí, oriundo de esta ciudad pero que actualmente reside en Forth Worth, le hace mucha falta su tierra. Las personas con las que interactúe tienen una inocencia casi infantil, todos ellos, en absoluto me parecen un pueblo agresivo. A la vez, viven en alerta continua con sus vecinos de Pakistán. Tienen grupos armados terroristas, por lo cual al entrar a cualquier espacio publico o privado, uno se debe someter a revisación y scanner, lo vehículos son registrados con espejos por debajo del chasis y el maletero verificado.
Las historias a nivel personal son, humanas, cálidas, como en todas partes de este mundo. Son abiertos, les saque una infinidad de fotos, intrusivas, sin permiso, con el lente de mi celular. Su respuesta automática era la sonrisa, el pulgar levantado. En Europa lo mismo me valió discusiones y peleas.
Parecen ser ajenos a todo lo que pasa, las preguntas constantes son: ¿Desayunaste? ¿Almorzaste? ¿Estas disfrutando tu tiempo aquí?
Comparten los alimentos, sin ningún tipo de reparo, muchos comen con sus manos, de un mismo plato. Haciendo la experiencia mas cercana para ellos y un poco repugnante para los occidentales. Siempre ofrecen, siempre invitan, su hospitalidad, trasciende los límites, hasta casi convertirse en invasiva.
No les gusta estar equivocados, y menos sentirse incapaces. Esta falencia los hace decir “Si” como primera respuesta a todo, moviendo la cabeza en una moción de difícil interpretación. No importa si entendieron, si la pregunta buscaba consentimiento, o negación. Después tendrán oportunidad de retractarse, con un “No” pero moviendo su cabeza de la misma manera que cuando asintieron.
En una ocasión tuve que parar una conversación y pedirle a mi interlocutor que dejara de sacudir su cráneo, mi pregunta requería un Si o un No.  El, lo único que hacía era agitar su cabeza, sin pronunciar palabra.
“Pusimos bicicletas públicas” me decía Imal, el chofer de Uber, señalándome un bicicletero vacío. “Pero somos tan inteligentes, que nos robamos las bicicletas.
-Hay que hacer la denuncia. – Le digo como si hubiese terminado de inventar la rueda. – Y de paso, la basura también, que la vengan a levantar…
Me mira y se ríe, obviamente de mí.
-Eso es quejarse del gobierno, y los que se quejan del gobierno, terminan presos. - Dice al mismo momento que toma un tiburón pequeño con sus manos y me pide que le saque una foto…ah sí, estábamos en un mercado de pescados. El olor a podrido que provenía del basural al costado de los puestos de venta, me produce vómitos sin control. La pestilencia se me mete en los pulmones y revuelve todo mi aparato digestivo.

Dubái, noviembre 2, 2018

Siempre tuve gran admiración por como los grandes periodistas investigadores, cerraban sus crónicas y notas, a las corridas, entre aeropuertos, con sus cerebros segregando los últimos jugos posibles, para continuar cautivando y agregando información que haría de la historia, eso mismo. Todo esto bajo presión, los efectos del alcohol y tabaco en demasía.
Con los años me doy cuenta de que es una manera de funcionar. Es el tiempo que se encarga de cerrar el relato, no puede pasar de otra manera, antes, son solo notas, sueltas. Hasta no tener el final, el principio nunca tendrá sentido, será la introducción a algo que nadie terminará de leer.
Es a las 3 AM en el aeropuerto de Dubái, mientras la señora que tengo al lado ronca y su esposo, compañero, dueño, le hace presión en las costillas flotantes para que la respiración se corte del todo y ella deje de roncar…el amor, con el tiempo toma formas curiosas.
Decía, es aquí donde la conclusión de este pobremente estético relato, empieza a tomar forma.
Y es con una puteada a Marvin Harris, desde su “Cerdos, Guerras, Vacas y Brujas”
El Marvin por ahí en los 70’s dice:
“...un sólo día de embotellamientos de tráfico en Estados Unidos despilfarran mucha más energía que todas las vacas de la India durante todo el año. La comparación es incluso menos favorable si consideramos el hecho de que los automóviles parados están quemando reservas insustituibles de petróleo para cuya acumulación la Tierra ha requerido decenas de millones de años. Si desean ver una verdadera vaca sagrada, salgan a la calle y observen el automóvil de la familia.”
Y yo le creí, señalé con el dedo a cuanto gringo me cruzaba y le decía “Gil” 
Pero resulta que casi 20 años después de leer por primera vez al antropólogo, llego a este lugar y no solo adoran a las vacas, si no que también, tienen un tráfico irreal, una contaminación sonora insostenible y niveles de smog que ponen al cielo de Los Ángeles entre lo más impolutos de este planeta
Así que…! Andate a cagarrrrrrrr Harrissssss!!!!! La india actual ha tomado lo peor de cada sociedad y lo ha incorporado sin que se les mueva el jopo.
Las clases sociales conviven en un espacio saturado de seres humanos, la pobreza se ve, se respira, se impregna…la vida no vale nada. ¿Qué decías Harris?
Estoy en pleno viaje de regreso, 30 y algo más de horas en salas VIP con todo incluido, incluso la torticolis de sus sillones. Retorno a la “civilización” leo y releo la crónica.
¿Me estaré encaramando en la posición de un supuesto ser superior, sin ni siquiera tener la humildad de aceptar que ellos viven de una manera que para mí es extraterrestre?
¿Lo que molesta es que la pobreza se vea, y se conviva con ella sin derivarla a zonas alejadas?
¿Continuamos criticando esta estructura, porque simplemente a nosotros, como occidentales, nos incomoda que los desplazados se vean, que compartan la realidad espacial con las clases pudientes, que no se barran bajo esa gran alfombra que en occidente llamamos “zonas periféricas”?
¿Sera una conjunción de todos estos factores los que denominamos “choque cultural”, la inhabilidad de poder aceptar que esta gente tiene un concepto totalmente distinto acerca del universo?
No soy capaz de hacerlo, de salir de la peor de mis versiones y concluir que es una sociedad atrasada, victima de varias religiones y creencias enraizadas en el diseño mismo de sí misma.
 Que la empatía desaparece en mi persona cada vez que veo como se destratan, como se desprecian, sin poder hacer absolutamente nada para remediarlo, entonces ahí, nace en mi el deseo, la necesidad de hacer algo, lo que sea y nuevamente, ese anhelo muere ahogado ante la ignorancia inaudita a la que sus propias creencias los somete.
Este lugar de nuestro mundo es una cloaca, donde se nos muestra en plena cara, lo que puede llegar a ser todo lo que nos rodea, es el recordatorio constante de que somos capaces de transformar la vida misma en nada.
                                                                                          ***
En el aeropuerto de Dubai, a bordo del tren que conecta una terminal con otra. En medio de un lujo exagerado. Un grupo de pseudo hippies habla de su experiencia en la ciudad santa de Varanasí.Tengo muchísimas ganas de desollarlos vivos, a estos cinco caucásicos ignorantes, patéticos consumidores empedernidos de productos lácteos. Quemarlos junto a sus retiros espirituales y experiencias de vida ganada en un centro de meditación all-inclusive.
Me aburro, cada vez más, de vernos por ahí, tratando de justificar el porque dejamos de ser monos para convertirnos en este patético e individualista centro del universo.
Eso es India, ese sentimiento de que todo está indefectiblemente perdido, ese es su souvenir.

BK